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miércoles, 29 de agosto de 2012

El Transition: el primer auto-avión autorizado a volar y circular en pista

El auto-avión Transition, de la compañía Terrafugia, acaba de conseguir aprobación de la Administración Federal de Aviación para su uso en los EE.UU. El auto de US$ 194,000 es el primer paso a ese futuro de autos voladores. Terrafugia Transition es un avión deportivo ligero pero que también puede circular como un auto. Hace muy poco se conoció la noticia de la Administración Federal de Aviación (FAA) que aprobó la producción de Transition, a pesar de que pesa 50 libras más que lo permitido en la categoría de avión ligero. La FAA permite volar el vehículo porque entra en la categoría de avión liviano. Para eso debe pesar menos de 1.200 libras (unos 544 kilos). El Terrafugia Transition pesa 1.320 libras, casi 600 kilos (está en capacidad para transportar las dos plazas que ofrece su interior). Por ello se evitaron poner todos los equipos de seguridad necesarios en un auto para respetar los límites de peso. Este "vehículo" que puede ser estacionado en un garaje convencional, consta de cuatro ruedas, y dos alas desplegables, con una extensión de 8 metros, así como también cuenta una hélice en la parte trasera. Tendrá una autonomía de vuelo de más de 700 kilómetros, capacidad para dos personas, velocidad máxima de 185 km/h y podrá ser transformado por el piloto de automóvil a avión en sólo 30 segundos. El Terrafugia Transition utiliza un motor Rotax 912 S de cuatro tiempos, que desarrolla 100 caballos de potencia, y es capaz de alcanzar una velocidad de 80 mph cuando se encuentra en el suelo, o 115 mph como velocidad crucero en el aire, ofreciendo en este modo, una autonomía de 460 millas con su depósito de combustible de 20 galones. El auto volador costará alrededor de US$200.000 en Estados Unidos y la compañía asegura haber recibido ya 70 pedidos, que adelantaron un depósito de US$10.000. Las entregas del vehículo comenzarán a fines de 2011.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Retretes de ultima Tecnologia en Japon

La persecución del despilfarro ya no tiene límite en Japón: hasta los pequeños rincones se tienen en cuenta, las casas de equipamientos sanitarios se esfuerzan en proponer baños electrónicos, económicos y limpios dentro del plan medioambiental. El gigante de la electrónica y de los electrodomésticos japonés Matsushita (Panasonic y National) presentó este lunes unos váteres con un asiento que calienta y echa agua, de los que se dice que son los que menos energía consumen del mundo. Estos nuevos váteres no consumen más “que 77 kilowatios-hora por año (kWh/año)”, es decir, un 44% menos que el modelo precedente del mismo grupo lanzado hace un año, según las descripciones técnicas de dichos productos. ¿El secreto? El asiento, así como el agua utilizada para el chorro de lavado de las nalgas no son calentados hasta que alguien va a utilizarlos. Muchos otros modelos de váteres electrónicos, especialidad japonesa, permanecen a una temperatura caliente aun cuando nadie está sentado sobre ellos, lo que constituye un desperdicio enorme de energía, sobre todo en las casas, donde se utilizan menos a menudo que en los lugares públicos.
Además, Matsushita explicó haber utilizado materiales más eficientes, para difundir el calor del asiento y para facilitar el mantenimiento de la taza, con el objetivo de disminuir también la utilización de agua y detergente. Un porcentaje importante de hogares japoneses y la mayoría de los lugares públicos están dotados de baños electrónicos, un equipamiento considerado más higiénico y confortable que las tazas clásicas.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Metaflex

Diseñado por científicos de la Universidad británica de St Andrews, Metaflex es el nombre de un material que nos acerca un paso más a la fabricación de tejidos que permitirán crear el efecto de la invisibilidad de los objetos. El Metaflex es un meta-material, o lo que es lo mismo, un material artificial que
presenta propiedades electromagnéticas inusuales, propiedades que proceden de la estructura diseñada y no de su composición. En el pasado ya se han desarrollado meta-materiales que curvan y canalizan la luz para convertir en invisibles los objetos en largas longitudes de onda, pero la luz visible supone un desafío mayor. La pequeña longitud de onda de la luz del día supone que los átomos del meta-material tengan que ser muy pequeños, y hasta ahora estos átomos menores solamente se han podido producir sobre superficies planas y duras, incompatibles con los tejidos de la ropa . La novedad que aporta este trabajo es que el Metaflex consta de unas membranas flexibles de meta-material, creadas gracias al empleo de una nueva técnica que ha permitido liberar los meta-átomos de la superficie dura sobre la que fueron construidos. De esta forma, el Metaflex puede operar en longitudes de onda de unos 620 nanómetros dentro de la región de la luz visible. La unión de estas membranas podría producir un "tejido inteligente", que sería el primer paso para fabricar una capa o cualquier otra prenda para "hacer desaparecer" a la persona que la porte. Los meta-materiales, pues, nos dan el impulso último para poder manipular el comportamiento de la luz.

martes, 7 de agosto de 2012

Una nueva tecnología convierte la piel en una pantalla táctil


Los brazos y las manos actúan como una interfaz de usuario


Investigadores estadounidenses han diseñado un sistema que permite utilizar la propia piel de manos y antebrazos para controlar teléfonos móviles, dispositivos de audio y ordenadores. El prototipo funciona mediante la detección de los ultrasonidos de frecuencias diferentes que se producen cuando se presionan distintas partes de la piel. Por Elena Higueras. 

A pesar del auge de las pantallas táctiles en los dispositivos electrónicos, aún existe quien las considera incómodas o demasiado pequeñas para manejarlas con la misma destreza que las interfaces convencionales. Para solucionar este problema de tamaño, un equipo de investigación formado por científicos de la Universidad Carnegie Mellon  y del laboratorio de Microsoft en Redmond  ha ideado un sistema que permite utilizar el propio cuerpo para controlar los menús de navegación de teléfonos móviles, reproductores de sonido, o incluso, ordenadores, según uncomunicado  publicado por Microsoft y que recoge New Scientist 

El prototipo, bautizado como Skinput, se compone de un proyector minúsculo que está incrustado en un brazalete y un detector acústico integrado en el mismo dispositivo. El proyector se encarga de emitir imágenes (como un teclado, un menú u otros gráficos) sobre la piel de las palmas de las manos o los antebrazos. A continuación, el detector de sonido determina qué parte de la pantalla se activa cuando el usuario presiona su cuerpo. 

Como botones de piel 

El detector de sonido funciona porque las distintas partes de la piel son acústicamente diferentes. Pequeñas variaciones en la densidad ósea, en el tamaño y masa, en los tejidos blandos y en las articulaciones son suficientes para determinar en qué punto exacto del cuerpo se está ejerciendo una presión. Así, este software empareja las frecuencias de sonido en lugares específicos de la piel, permitiendo que el sistema pueda determinar qué “botón de piel” está pulsando el usuario. Después, mediante tecnología inalámbrica como Bluetooth, Skinput transmite las órdenes al dispositivo para que sea controlado como un teléfono, un iPod o un ordenador. 

Según Michael Liebschner, director del Laboratorio de Bio-Innovaciones en el Colegio Baylor de Medicina en Houston , que ha trabajado en el detector acústico del dispositivo, “Skinput es un sistema prometedor que acerca de manera factible la utilización del cuerpo como un dispositivo de entrada”. Y es que, como señalan en el comunicado los padres del invento, Chris Harrison, Dan Morris y Desney Tan, “el cuerpo humano es un dispositivo de entrada atractivo, no sólo porque tiene más o menos dos metros cuadrados de superficie externa, sino también porque gran parte de ella es fácilmente accesible a nuestras manos, como por ejemplo, los brazos, los muslos o el torso”.
Sin embargo, otros investigadores como Pranav Mistry, del Laboratorio de Medios de comunicación en el Instituto Tecnológico de Massachusetts , advierte a los usuarios que para que el sistema funcione hay que extremar la precisión a la hora de colocar el brazalete en el lugar exacto, porque, en caso contrario, la tecnología no funcionaría correctamente. 

De momento lo único cierto es que los voluntarios que han probado el sistema han dado una respuesta positiva sobre su facilidad de navegación. En la actualidad, el detector acústico es capaz de identificar cinco localidades de la piel con una precisión del 95,5%, que corresponde a una versatilidad suficiente para muchas aplicaciones móviles. Además, según los investigadores el sistema también funciona bien cuando el usuario está caminando o corriendo. 

El próximo mes de abril, el equipo estadounidense presentará su trabajo en la conferencia ACM (Conference on Human Factors in Computing Systems)  que se celebrará en Atlanta, Georgia.